Buenas noches!!!! Ya tenemos otro cuento, se titula "La Felicidad" escrito por Angelique Pfitzner.
Algunos ya la conocéis es una escritora reconocida, acaba de conseguir con su novela "Compulsiva Obsesión" estar nominada para los premios Atlantis que esta editorial convoca cada año, está entre los cuatro finalistas.
Pero lo que no sabéis es lo gran persona que es y lo generosa. En Julio le pedí que comentara algún cuento porque me hacía muchísima ilusión que sus palabras quedarán para siempre en Mi Rosa de los Vientos.
Ayer me mandó un correo, con un cuento escrito por ella para todos nosotros.
La Felicidad
Aquel día amaneció como cualquier otro. A las siete en punto de la mañana el despertador lo asustó de nuevo. Se levantó de la cama calzándose sus pulcras y recién estrenadas zapatillas y miró a su alrededor. Por supuesto a la derecha allí estaba su ropa planchada. Todo siempre en perfecto orden.
Debía darse prisa. Su padre esperaba en el salón. La puntualidad era parte de su severa personalidad. No podía llegar tarde. Si no lo castigaría toda la tarde en la horrorosa biblioteca haciendo deberes.
Tan solo tenía nueve años pero sus condensadas extensas actividades de lunes a sábado no le permitían poder compartir apenas el tiempo con su familia. Su profesor particular desde primera hora del reloj hasta caer el sol abarcaba clases de piano, equitación, cultura, matemáticas, ciencias sociales, seis idiomas y un resto de odiosas actividades. La espiral de su infancia viajaba más rápido que su crecimiento ahogándolo muchas veces en una profunda soledad.
Una espléndida mesa con los más surtidos postres llegados del amplio mundo, variedades de pan, mermeladas de diferentes sabores y zumos infinitos se presentaba ante sus ojos, cuando acompañado de su progenitor entraron en el salón de verano. Tomó asiento en el lugar asignado desde el día que nació y en silencio esperó a que la sirvienta le sirviera el almuerzo. Los niños jamás debían de empezar a conversar antes que los mayores, nunca debían de atracarse comiendo y las obligadas formas rígidas, cubiertos a utilizar y todo cuanto implicaba su buen comportamiento era analizado por el ojo clínico de aquel hombre.
De pronto el aire fue cortado por su poderosa voz.
- Thomas es hora de que veas lo que es la pobreza. Has vivido siempre entre la abundancia y debes ver que pobre es la gente que trabaja para nosotros y la gran suerte que tienes tú.
Y así fue que durante todo el domingo ante sus ojos, multitud de gente con pocos recursos económicos los recibían encantados en sus humildes casas. Mesas apenas con una hogaza de paz acompañadas de hospitalidad y amplias sonrisas. Niños vestidos con manchadas prendas gastadas y zapatos rotos estiraban de su reluciente cabello intentando llamar la atención. Mujeres y hombres trabajadores que a pesar del cansancio del duro trabajo marcado en sus curtidas manos y quemados brazos por el sol, todavía tenían cálidos abrazos que ofrecer a sus hijos, los cuales dormían placenteramente bajo su regazo, largas y largas horas. Vidas muy diferentes a la suya.
Cuando regresaron a su majestuosa mansión volvieron a ocupar el mismo lugar de la mesa. La cena estaba servida y a su espalda, el mayordomo esperaba la orden del señor en el caso que fuera preciso calentar los suculentos manjares depositados con sumo diseño en la delicada porcelana china.
Súbitamente su padre le preguntó interesándose por lo que su hijo había aprendido del día.
- Thomas, ahora que has visto cuánta pobreza existe, dime … ¿Que opinas al respecto? ¿Somos muy ricos y tenemos mucha suerte verdad?
Su hijo alzó los ojos y lo miró fijamente.
- ¿De verdad quieres saberlo papa?
- Naturalmente, por eso te lo pregunto… habla hijo….sin miedo…
Durante unos segundos Thomas se quedó callado, hasta que de golpe le contestó.
- Ellos poseen el cielo lleno de estrellas como compañeros de sus sueños, el horizonte es su espacio, el mundo su libertad. Yo solo tengo un enorme muro que cierra nuestra propiedad cegándome la vista.
Los padres y madres arropan a sus hijos cuando sufren pesadillas, protegen su esencia, sus miedos, les ayudan a caminar con paso firme y si tropiezan y caen lavan sus heridas ayudándolos de nuevo a trazar sus pasos.
Yo no os tengo nunca y mis llantos quedan ocultos bajo la almohada. Mis lágrimas me acompañan cuando sufro y nadie me consuela en mi mísera tristeza.
Veo que ahora mismo una enorme distancia en esta mesa nos separa cuando ellos están cerca.
He sentido el calor de un verdadero hogar. Nosotros carecemos de él.
A pesar de sus carencias y sus penurias he experimentado la envidia de lo que es retozarse en el barro, jugar con el perro que nunca dejas entrar en mi habitación, tener una familia con quien compartir tus penas y alegrías, los momentos amargos, las decepciones que nos invaden el alma y al mismo tiempo mis risas.…
He aprendido que SI! somos muy ricos pero por desgracia llevamos mucha más pobreza que ellos en el corazón.
REFLEXIÓN
¿Por qué imaginamos, creemos, buscamos la felicidad en las cosas?
Qué equivocados estamos cuando pensamos que los objetos, el dinero, la riqueza llenará nuestro vacío espíritu.
Cuando tengamos que viajar nada de todo lo material que poseemos en este mundo nos podremos llevar, solo lo ofrecido a los demás, la esencia de lo que somos, de lo que fuimos, en lo que nos hemos convertido.
Nuestros recuerdos, la familia que amamos y lloramos cuando llegó el momento de despedirnos y que quizá volvamos a encontrar…
El amor que nos acompañó en épocas de bonanza y escasez y supo estar ahí junto a nosotros soportando tan dura carga cuando más necesitamos su comprensión…
Nuestros queridos hijos que tantas noches velamos por ellos a pesar de no poseer apenas nada…
Ese y mucho más será nuestro equipaje.
La vida es un largo caminar para algunos, otros tal vez, un camino más corto, pero solo las verdaderas riquezas que pudimos encontrar, que cultivamos en el jardín de nuestra existencia y supimos regar con amor, sencillez, calor…. serán las mejores compañeras que podremos desear tener.
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La felicidad no es un estado...es un sentimiento...son momentos...instantes compartidos y disfrutados con los demás.
ResponderEliminarLa felicidad no es un tener...es un dar.
Muchísimas gracias Angelique.
Es un honor para mí poder compartir con todos tu cuento.
Miles de besos
Gracias. Este cuento ha sido una bocanada de aire fresco en esta noche calurosa. Cierto que se necesita una tranquilidad y estabilidad económica. Llegados a los momentos difíciles, la cuestión es poner la medida de lo que realmente es fundamental, de lo que nos lleva a sentirnos plenos y de distinguir los oropeles que creemos nos harán felices y sólo son baratijas. Cada cual tendrá su rasero y creo que no es algo inamovible. Y, no me refiero a ser un conformista, quizás sea una postura mucho más difícil, creo que si se llega a conseguir debe romper muchas ataduras. En los libros sagrados hay referencias a ello: déjalo todo y sígueme, ser uno con la naturaleza...
ResponderEliminarEl cuento da para pensar mucho. El niño tiene razón al ver a los "pobres" con más riquezas que él y su familia ......No se es más rico por tener mucho dinero pues puede ocurrir que haya personas tan pobres y tan pobres que solamente tienen dinero y esto es digno de lástima.Si aceptas lo que tienes sin desear nada que no puedas conseguir,si valoras y disfrutas de todo lo que te rodea se puede llegar a ser inmensamente rico en cantidad de valores que son los que realmente dan la felicidad.Besotes
ResponderEliminarmai em deixes de sorprendrem,
ResponderEliminarassun