Si yo se que tu eres...

Tras un accidente de parapente, Philippe, un rico aristócrata, contrata a Driss como asistente y cuidador.

Un joven procedente de un barrio de viviendas públicas que ha salido recientemente de prisión —en otras palabras, la persona menos indicada para el trabajo—. 

Juntos van a mezclar a Vivaldi y “Earth, Wind & Fire”, la dicción elegante y la jerga callejera, los trajes y los pantalones de chándal. 

Dos mundos van a chocar y van a tener que entenderse mutuamente para dar lugar a una amistad tan demencial, cómica y sólida como inesperada, una relación singular que genera energía y los hace… ¡intocables!

Es curioso como Philippe comparte con Driss la música clásica que le gusta, al principio Driss no la entiende, no entiende nada, pero luego va apreciando e imaginándose cada pieza. Al final le gusta.

Luego Driss comparte con Philippe su música, desde su Ipod. Es una maravilla contemplar la cara de Philippe. 

Eso es lo maravilloso de la amistad entre dos personas que a primera vista parecen tan distintas. Pero que en realidad no lo son.

A mi me pasa lo mismo últimamente, me he hecho amiga de personas que en principio tenían algo en común conmigo, puede ser...un blog, amor a los animales, infancia en común, trabajo...y luego a medida que ha avanzado esa amistad, me he dado cuenta de que tenemos muchísimas cosas en común, más de las que creía.

Sentido del humor, la música, vidas distintas pero iguales en lo importante...honestidad, lealtad, cariño a los demás, generosidad, fotografía, poesía...

Y eso ha hecho que mi vida ahora, mi día a día, se haya enriquecido hasta unos límites que hace un poquito era impensable.

Jamás imaginé algo así.

Y me encanta... estoy encantada!!!!!